lunes, 14 de noviembre de 2022

Santa Tecla



Mi abuela dice que quien no conoce a Dios a cualquier santo le reza y en mi casa le rezamos a Santa Tecla.

Santa Tecla llegó a nuestra casa vestida con su manto plateado: ¡Divina! Nos miraba con sus ojos de vitrina desde que salió de la caja. No hay un solo rincón de la casa que no esté bajo su mirada protectora o alguna cosa que Santa Tecla no pueda resolver.

Santa Tecla hace milagros con un solo clic y de milagro en milagro, y de clic en clic, se ha hecho indispensable.

Divina y todo, no es desinteresada y tal vez cobre un ojo de la cara por cada uno de sus favores, o tal vez, literalmente, cobre los dos. Mi abuela dice que antes de Santa Tecla las familias se miraban a los ojos mientras platicaban: las mamás miraban a los bebés mientras les cantaban arrullos y les hacían mimos; a los niños más grandes les contaban cuentos e historias acompañándolas con el lenguaje de sus ojos: entrecerrándolos en el murmullo del suspenso o la quietud y abriéndolos luego, muy grandes, anticipando la sorpresa. Los ojos tenían su propio lenguaje de complicidad, pero hoy… hoy solo está Santa Tecla.

No intentes platicar con papá si está rezando a Santa Tecla: es probable que diga sí, aunque no haya escuchado una palabra.

Mi hermana mayor me dice: “Eres tan molesto ¿no ves que estoy muy ocupada?” y es que es seguro que la prefiere a ella antes que a mí.


Y mi mamá… aún me toma de la mano mientras caminamos a la escuela, pero mamá no me escucha y tampoco habla conmigo porque activando la santa tecla… realmente habla con alguien más. 

Imagen tomada de Pinterest
 ¡Por eso me gusta tanto mi abuela! Me platica historias mientras tomamos chocolate caliente y me dice mi niño divino... ¡mirándome a los ojos y hablándome con el lenguaje de los suyos!


 

 

                                                              

Nota de la autora:

Hace tiempo que observo un fenómeno creciente: muchas de las mamás modernas no hablan con sus hijos mientras caminan con ellos por la calle.

Qué triste es observar los pequeños ojitos, ávidos de compartir sus novedosos descubrimientos, con un adulto cuyos ojos y pensamientos están concentrados en algo más… ¿Has observado algo similar?

 

                                                                     











¡Los girasoles siempre saben hacia dónde mirar, ellos nunca pierden el sentido de orientación!

Fotografía: Vida en el Pedregal
Colección: Un rayito de esperanza

5 comentarios:

  1. Muy buena reflexión, me recuerda a la historia que retoma Boff sobre el águila y la gallina. Santa Tecla nos forza a ver siempre hacia abajo, como gallinas, las abuelas de antes nos invitan a ver el sol, como las águilas.

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  2. Así es Betty, ahora solo queda pedir con cortesía que no usen el celular, al menos cuando se come en familia, que tristeza que ya no nos veamos a los ojos, que son el reflejo del alma.

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  3. Genial! Aunque esta describiendo una triste realidad, qué paradójico!

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  4. Esa Santa Tecla tan interesante, tan lejana, que nos ha llevado a la ceguera de lo cercano, de lo real e importante. Gracias Betty por esta estupenda reflexión. Abrazo grande querida amiga.
    Aurora

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