Para iniciar el viaje
por enero hay que empezar;
tomar pincel, pintura y un
lienzo
para un trazo libre plasmar.
Combinar notas y silencios,
melodía, ritmo y compás,
un silbido, un aliento
que nos quiera acompañar.
Correr a favor del viento,
poco a poco el cordel soltar;
pintar y surcar el cielo
cual papalote volar.
Habrá que andar con paraguas,
canasta y sombrero también;
chapotear entre los charcos,
tener descalzos los pies.
Por el cauce de un río en calma
habrá que dejarse llevar;
batir los remos con fuerza
si contracorriente toca navegar.
Cultivar una semilla
sin buscar utilidad,
prodigarle los cuidados
sin nada a cambio esperar.
Andar con piernas de roble,
raíces fuertes cimentar
que soporten los embates
por si llega el vendaval.
disipar la oscuridad;
una charla, un buen amigo
para el alma iluminar.
Al concluir el viaje...
paciente espera diciembre
que con bonanza anclen,
que a buen puerto lleguen.
Felicidades amiga
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